Si, cultivados en bateas!
Aunque se siguen recogiendo en su lugar preferido (las rocas de mar muy batida) la producción actual de mejillón se concentra en bateas. Esta producción se concentra en el interior de las Rias Baixas preferentemente (Vigo y Cangas, por ejemplo). Las bateas son enormes barcazas flotantes completamente planas de las que cuelgan cuerdas que se hunden en el mar y a las que se van pegando los mejillones. Luego de un tiempo en el agua, estas cuerdas se extraen a la superficie y se separan los mejillones a mano (para no estropear las cáscaras).
Así se puede obtener un delicioso bivalvo 100% fresco y natural a precios razonables. Ten en cuenta que si fuera de cultivo salvaje en roca, los precios serían completamente inasumibles. El cultivo en roca es demasiado peligroso y de producción muy exigua!
Si visitas la ria de Vigo, al cruzar el imponente puente de Rande, verás la ría tapizada de bateas a ambos márgenes. De ellas, cuelgan enormes maromas (cuerdas) a las que se abrazan los mejillones, esa pequeña y humilde joya gastronómica. Cocinados de forma sencilla al vapor, es un manjar que encierra todo el sabor del mar en su interior.
Lo mejor, para nuestras conservas
Para nuestras conservas sólo escogemos los mejillones de tamaño mediano. Es cuestión de gustos pero en ese tamaño son los más ricos y carnosos. Con los que no cumplen las medidas o no son del todo perfectos a la vista y tacto, hacemos una deliciosa crema de mejillones que está para chuparse los dedos. Esa es otra de las tradiciones de Galicia: aquí no se tira nada, todo se aprovecha; tirar la comida sería algo totalmente impensable para un gallego!
Pruébalas ahora, tanto las de mejillón en escabeche o regado de nuestra especial salsa Sotavento. Y no te olvides de las cremas de mejillones para untar y picotear.